SINDROME PREMENSTRUAL

DEFINICION.

 El SPM es considerado como: “El conjunto de signos y síntomas físicos y psíquicos que, recurrente y cíclicamente,  presentan algunas mujeres los días previos a la menstruación, y que le afectan negativamente en su calidad de vida”.

Han sido descritos más de 150 síntomas que, aunque deben de aparecer “recurrente y cíclicamente” no siempre sucede así. Hay mujeres en las que se presentan solo en algunos ciclos, y en relación con otras circunstancias. No obstante, siempre deben de estar relacionados con la ovulación. Por eso, los síntomas que padecen algunas mujeres que toman anovulatorios no pueden ser catalogados como SPM, si no como efectos adversos de la medicación.

Se exige que aparezcan durante los días previos a la menstruación y desaparezcan con su inicio. Es decir, que permanezcan solo durante la segunda fase del ciclo (desde la ovulación hasta la menstruación); pero en algunas mujeres, esta sintomatología continua durante los días que dura la menstruación, motivo por el cual, algunos autores prefieren hablar de síntomas perimenstruales.

Es necesario que afecten, al menos levemente, a la calidad de vida de la mujer

TIPOS DE SPM.

Según la sintomatología su intensidad y repercusión sobre la calidad de vida podemos distinguir tres tipos:

  • Variante fisiológica del SPM.

Cuando la aparición de algunos síntomas no alteran, o lo hacen mínimamente, la vida de la mujer; la cual acepta como soportable y normal esta sintomatología.

  • Síndrome Premenstrual.

Se requiere la presencia de, al menos, un síntoma físico y otro psíquico, y que afecten leve, moderada o gravemente la calidad de vida de la mujer.

  • Trastorno Disfórico Premenstrual (TDP).

En este caso predominan los síntomas psíquicos (conductales-afectivos) y son de una intensidad tal que afectan gravemente las relaciones personales y funciones de la mujer.

SINTOMATOLOGIA.

Los más de 150 síntomas que pueden presentarse en el SPM podemos dividirlos en dos grandes grupos: Físicos o Somáticos y Psíquicos. En ocasiones  están muy relacionados.

Síntomas Físicos-Somáticos.

  • Dolor. Principalmente de mamas, cabeza, músculos y articulaciones.
  • Neurovegetativos: Fatiga, agitación y alteraciones de la líbido.
  • Alteraciones del sistema nervioso central: Mareos, vértigos, palpitaciones, temblores, etc.
  • Digestivos: Anorexia, nauseas, diarreas, deseo de algunos alimentos.
  • Trastornos Hidroelectrolíticos: Distensión abdominal, edemas, oliguria, aumento de peso.
  • Alteraciones dermatológicas: Acné, hirsutismo, piel o cabello graso.

Síntomas Psíquicos.

 Podemos destacar: Irritabilidad, variaciones del ánimo, ansiedad y/o depresión, insomnio, disminución de la concentración o interés, falta de control o retraimiento social.

Trastorno Disfórico Premenstrual. (TDP)

Mención especial merece este tipo de SPM que, por su relación con la ansiedad y la depresión mayor, puede llegar a convertirse en un grave trastorno crónico. Precisa un correcto diagnostico precoz y un adecuado tratamiento.

EPIDEMIOLOGIA:

 En una encuesta reciente realizada en España entre mujeres de 15 a 49 años, se encontró que el 25 % de ellas no presentaba ninguna sintomatología durante la fase premenstrual. Por lo tanto el 75% restante si presenta algún síntoma. Si bien, solo el 14%  de estas refería síntomas moderados-severos; principalmente físicos (dolor mamario y muscular, cefaleas, aumento de peso y retención de líquidos) seguidos de los psíquicos (irritabilidad, cansancio, ganas de llorar y ansiedad).

A pesar de ser sintomáticas, el 80 % de las mujeres no ven alteradas sus capacidades laborales o sus relaciones familiares o sociales.

El Trastorno Disfórico Premenstrual solo lo padecen el 1.14% de las mujeres españolas, siendo algo más frecuente (3.54%) en las jóvenes de 15 a 24 años.

Estos datos nos permiten calcular que, en España, pueden existir unas 775.000 mujeres con SPM y alrededor de 135.000 con TDP, que deben de recibir tratamiento.                                                                                                                            Aunque el SPM puede aparecer en adolescentes,  lo más frecuente es que se inicie alrededor de los 30 años y tenga su mayor incidencia entre las mujeres de 30 a 40 años.

El estrés y factores genéticos y familiares están relacionados con la aparición e intensidad del SPM¸mientras que el ejercicio, la multiparidad y la histerectomía disminuyen su incidencia.

IMPACTO SOCIO-ECONOMICO Y SOBRE LA CALIDAD DE VIDA.

 El SPM es una de las causas más frecuentes de absentismo o disminución de la productividad de las mujeres trabajadoras y motivo frecuente de consulta médica. Como consecuencia,  ocasiona unos elevados costes económicos, tanto laborales como sanitarios.

No menos importante es lo que afecta a las relaciones sociales, familiares y de pareja, así como la perdida de la calidad de vida de la mujer que lo sufre.

Las adolescentes y jóvenes que lo padecen pueden ver deteriorado el aprovechamiento escolar y el estado emocional.

ETIOLOGIA.

 Factores hormonales ováricos.

 El hecho de que, como su propio nombre indica, la sintomatología del SPM aparezca durante los días previos a la menstruación, después de que se haya producido la ovulación, así como, que pueda reproducirse en mujeres menopaúsicas que se someten a Tratamiento Hormonal Sustitutivo o que la toma de algunos Anticonceptivos Hormonales pueda mejorar o hacer desaparecer esta sintomatología, relaciona, sin duda, el SPM con las variaciones hormonales que se producen durante el ciclo menstrual, especialmente con los altos niveles de estrógenos, los bajos de progesterona y, sobre todo, con el desequilibrio de ambos niveles.

Las hormonas ováricas, a lo largo del ciclo, interactúan con otros sistemas del organismo tales como: Sistema Nervioso Central, Cardiovascular, Renal, etc. Las alteraciones en el funcionamiento de estos sistemas dan lugar a la variada sintomatología del SPM.

Los estrógenos son capaces de estimular la actividad neuronal, mientras que la progesterona disminuye esta actividad. De ahí, que los niveles altos de estrógenos y bajos de progesterona, los días premenstruales, sean la causa de la irritabilidad, ansiedad, insomnio, etc. presentes en el SPM. Así como de la depresión y del TDP.

Por otro lado, los estrógenos favorecen la retención de líquidos y la progesterona lo contrario. Esto es la causa de los edemas, el aumento de peso, la tensión mamaria, etc.

Factores genéticos-hereditarios.

Varios estudios han demostrado que, sometidas a las mismas circunstancias, unas mujeres pueden sufrir SPM y otras no. Esto indica el que existe una predisposición que puede ser genética-hereditaria o bien adquirida a través de algunas vivencias familiares o sociales.

Aspectos psicosociales.

Las experiencias menstruales que las mujeres adultas de la familia transmiten a las adolescentes, pueden influir en estas, a la hora presentar o no sintomatología del SPM; la cual se puede ver favorecida o aumentada en las situaciones de estrés.

 Factores nutricionales.

Las deficiencias de calcio y magnesio, el exceso de hidratos de carbono y el tabaquismo pueden favorecen o agravan el SPM. No parece estar relacionado con otras deficiencias nutricionales.

La baja actividad de la serotonina, en relación con los altos niveles de estrógenos y bajos de progesterona,  es la causante del aumento de apetito y de los antojos (apetencia de grasas, hidratos de carbono y dulces).